Cada vez que nuestro hij@ sube al coche, nos pide la táblet para jugar. Cuando llegan a casa, lo primero que hace es encender rápidamente la televisión. Nuestro hij@ mayor, se pasa todo el día enviando whatsapp y chateando en la red. En las cafeterías los jóvenes se reúnen pero para estar cada uno con su teléfono conectado.
Cuadros cotidianos que revelan una realidad, la exposición cada vez más frecuente a los medios virtuales.
¿Es mala la tecnología? pregunta difícil que muchos padres nos hacemos; la verdad es que por sí sola, no lo es; es el grado de supervisión lo que puede marcar la diferencia entre el uso y el abuso.
Un informe (Media Child and Adolescent Health: A Systematic Review) realizado en el año 2009 por la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y el California Pacific Medical Center, en el que se analizan 173 estudios sobre salud y uso de tecnología, señala que la media de exposición a las nuevas tecnologías es de 45 horas por semana, frente a las 17 horas que pasaban sus padres y a las 30 que actualmente pasan los jóvenes en la escuela. 45 horas de exposición en las que se incluyen la televisión, los juegos, móviles, mp3, etc..
Este estudio revela que existe una alta correlación entre la exposición a los medios y los problemas de salud de los niños a largo plazo.
¿Cuando se considera una adicción?
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, l@s niñ@s pueden padecer síntomas similares a las adicciones tradicionales como con el alcohol o las drogas, cuando usan en exceso las nuevas tecnologías, tales como teléfonos inteligentes o “Smartphone”, vídeo juegos, tabletas y el Internet. Estos son algunos indicadores:
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, l@s niñ@s pueden padecer síntomas similares a las adicciones tradicionales como con el alcohol o las drogas, cuando usan en exceso las nuevas tecnologías, tales como teléfonos inteligentes o “Smartphone”, vídeo juegos, tabletas y el Internet. Estos son algunos indicadores:
Cuando la actividad de la que sospechamos pasa a ser el centro prioritario para la persona. Todo lo demás pasa a segundo término, incluso actividades que antes eran placenteras como salir con los amigos.
Si se confirma un aislamiento del resto de la familia. Se pasa horas encerrado en su habitación y le cuesta respetar incluso los horarios de comida o sueño.
Se vuelve huraño e irascible. Discute fácilmente y no atiende a razones.
Se utiliza la mentira para justificar o tapar algunas de sus conductas. En casos extremos puede haber conductas de hurto para conseguir dinero en el caso que lo necesite para seguir con su adicción.
No reconoce que tenga un problema. No quiere hablar de ello.
Aun no existe una clasificación exacta del problema, según el DSM IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se puede clasificar como un trastorno adictivo no clasificado lo cual no es muy exacto, sin embargo podemos tener algunos indicadores que nos permiten detectar cuando existe dificultad.
Aun no existe una clasificación exacta del problema, según el DSM IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se puede clasificar como un trastorno adictivo no clasificado lo cual no es muy exacto, sin embargo podemos tener algunos indicadores que nos permiten detectar cuando existe dificultad.
¿Como se produce la adicción a la tecnología?
Según los expertos, Internet al igual que las apuestas en juegos de azar, refuerzan la gratificación inmediata. Las distintas aplicaciones, ya sea navegar en Internet, visitar chatrooms, message boards, visitar las redes sociales como Facebook, los videojuegos o enviar correos electrónicos y mensajes de texto refuerzan estructuras impredecibles y variables del placer. Por ello su capacidad adictiva.
Al igual que en otro tipos de adicciones el uso de las tecnologías activan áreas del cerebro asociadas con el placer, conocidas como “centros de recompensa”, en el cerebro se activan los neurotransmisores, tales como la dopamina; con el tiempo, los receptores cerebrales se pueden afectar lo cual produce una mayor necesidad de estimulación para recibir el placer, podemos decir que entonces la adicción real es a las substancias liberadas por el cerebro.
Es importante por lo tanto que los padres analicen cuales son las fuentes de recompensa de sus hij@s y logren un control adecuado de los estímulos a los que se ven expuestos.
Un estudio publicado en 2009 y producto de un convenio entre la Universidad de Burgos y la Fundación Candeal, recalca la importancia de fomentar factores de protección en los niños que incluyen entre otros el uso racional del tiempo libre, el consumo inteligente de las tecnologías y el control paterno.
Factores de protección frente al abuso de la tecnología
Mas allá de dar un diagnóstico, los padres deben estar atentos a las señales que puedan indicar un abuso en el uso de las nuevas tecnologías e igualmente tomar acciones que generen factores de protección; estas son algunas recomendaciones:
Establecer un horario de juego de acuerdo a la edad con períodos de descanso que no impliquen el uso de la tecnología
Evitar el uso de la televisión, el internet etc como “niñera”
Eliminar el hábito del uso de la tecnologías como una rutina, limitar los tiempos de exposición y dar opciones de gratificación diferentes por ejemplo el juego libre, el deporte, visitar los parques etc.
Generar hábitos de estudio y rutinas cotidianas que incluyen actividades gratificantes diferentes al uso de los medios.
Fortalecer los lazos afectivos y la comunicación intrafamiliar.
Generar una fuerte y sana autoestima en l@s hij@s.
Direccionar el adecuado uso del tiempo libre, pasar tiempo en familia, realizar pasatiempos (coleccionar, juegos de mesa, visitar amigos o familiares, practicar arte o algún deporte, hacer obras sociales).
Establecer en los equipos de la casa controles parentales, en general hay instrucciones para esto en los manuales de instrucción.
Limitar y controlar el uso de las redes sociales como facebook y el acceso a paquetes de internet en los teléfonos móviles.
Hablar con los hijos sobre con quien mantienen comunicación virtual y explicar sobre los riesgos.
Seleccionar los videos, programas y películas que ven los niñ@s, preferiblemente verlos con ellos o seleccionar a qué tienen acceso y a qué no..
Recordar que es indispensable dosificar el tiempo de exposición; no más de una hora o menos si son pequeños.
Los niños menores de dos años no han de ver la televisión.
Fomentar en los hijos el espíritu crítico y la toma de decisiones sabias frente a lo que ven u oyen.
Alertar a los hijos sobre los efectos de la publicidad.
No encender la televisión durante las comidas pues induce una mayor ingesta de comida y afecta la comunicación familiar.
Evitar siempre los programas con violencia explícita, esto incluye noticieros y telenovelas.
Reforzar el comportamiento positivo como la cooperación, la amistad y la potencialización de habilidades.
Relacionar sus valores personales y familiares con los que ven.
Así sean dibujos animados, películas de video, series, etc. el padre o la madre, deben supervisar y/o seleccionar lo que ven sus hij@s.
Poner especial atención a los juegos de rol, muchos niñ@s y adolescentes no diferencian adecuadamente la realidad y la fantasía.
Los padres no deben olvidar que el ejemplo es lo más importante sus propios hábitos serán los que imiten los niñ@s.
Buscar ayuda a tiempo, no subestimar cuando vemos afectada la vida del niñ@ o joven, solicitar apoyo del plantel educativo o buscar asesoría de un profesional en psicología clínica.
“No se trata de prohibir la exposición a los medios, se trata de enseñar a los hijos autocontrol, discernimiento y uso apropiado de lo que la tecnología nos provee”
No hay comentarios:
Publicar un comentario